[Gal/Cast] Novo julgamento na Audiência Nacional

Galego

As instalaçons da Audiência Nacional em Torrejón (Madrid-Espanha) acolhérom um novo julgamento de presos galegos. Nesta ocasiom fôrom o ordense Carlos Calvo Varela e o vizinho de Vigo, Xurxo Rodrigues Olveira. A acusaçom contra eles è de pertença a organizaçom armada e depósito de explosivos.

Xurxo Rodrigues Olveira e Carlos Calvo Varela foram detidos o 15 de Setembro de 2012 no Parque de Castrelos em Vigo e, após vários dias de incomunicaçom em dependências policiais, ingressárom em prisom preventiva em cadeias madrilenhas. Os dous últimos destinos penitenciários dos presos fôrom Topas (Salamanca) no caso de Carlos e A Lama (Ponte-vedra) no caso de Xurxo, este último trasladado estranha e inesperadamente a um cárcere na Galiza em Fevereiro deste mesmo ano.

Hoje na sala de vistas da Audiência Nacional, ao tempo que Carlos Calvo Varela se defendia das acusaçons colocadas contra ele, certificou-se umha nova manobra do Estado para reforçar a repressom contra o independentismo galego. Há poucos momentos assistiu-se a um quid pro quo indignante e vergonhento. Inadmissível no ético e no veraz. Nele, por suposto benefício pessoal, alimenta-se a mentira da existência dumha organizaçom terrorista a operar na Galiza, involucra-se falazmente a terceiros, etc.

Hoje, em quanto se desenvolve umha luita digna por parte dos presos políticos galegos nas prisions espanholas, enfrentando a dureza repressiva, a dispersom, as longas condenas, adversidades que os ponhem a prova dia trâs dia, enquanto as suas defesas letradas continuam trabalhando para que se revogue essa condena, enquanto a sociedade civil galega nega a existência dessa suposta organizaçom, incompreensívelmente Xurxo Rodríguez Olveira entrou no jogo da cloaca, da colaboraçom, dos pactos com o demo.

As derrotas pessoais, o abandono e mesmo o entreguismo som, no marco das luitas emancipatórias, excepçons que se dam em todas as latitudes e que confirmam a regra, e que antes de mais mostram a inteireza e dignidade dos presos políticos, que contra vento e maré erguem umha barricada feita de orgulho, lealdade e razom desde a sua cela. É essa barricada de dignidade a que devemos de proteger desde a coêrencia e a solidariedade.

Castellano

Las instalaciones de la Audiencia Nacional en Torrejón (Madrid-España) acogieron un nuevo juicio de presos galegos. En esta ocasión fueron Carlos Calvo Varela de Órdenes y el vecino de Vigo, Xurxo Rodrigues Oliveira. La acusación contra ellos es de pertenencia a la organización armada y depósito de explosivos.

Xurxo Rodrigues Olveira y Carlos Calvo Varela fueron detenidos el 15 de septiembre de 2012 en el Parque de Castrelos en Vigo y, después de varios días de incomunicación en dependencias policiales, ingresaron en prisión preventiva en cárceles madrileñas. Los dos últimos destinos penitenciarios de los presos fueron Topas (Salamanca) en el caso de Carlos y A Lama (Ponte-vedra) en el caso de Xurxo, este último traslado extraña e inesperadamente a una cárcel en Galiza en febrero de este año.

Hoy en la sala de vistas de la Audiencia Nacional, al mismo tiempo que Carlos Calvo Varela se defendía de las acusaciones colocadas contra él, se certificó una nueva maniobra del Estado para reforzar la represión contra el independentismo galego. Hace pocos momentos se asistió a un quid pro quo indignante y vergonzoso. Inadmisible no ético e no veraz. En el por supuesto beneficio personal, se alimenta la mentira de la existencia de una organización terrorista operando en Galiiza, se involucra falazmente a terceros, etc.

Hoy, en cuanto se desarrolla una lucha digna por parte de los presos políticos galegos en las prisiones españolas, enfrentando la dureza represiva, la dispersión, las largas condenas, adversidades que los ponen a prueba día tras día, mientras sus defensas letradas continúan trabajando para que se revoque esa condena, mientras la sociedad civil galega niega la existencia de esa supuesta organización, incomprensiblemente Xurxo Rodríguez Olveira entró en el juego de la cloaca, de la colaboración, de los pactos con el demonio.

Las derrotas personales, el abandono e incluso el entreguismo son, en el marco de las luchas emancipatorias, excepciones que se dan en todas las latitudes y que confirma la regla, y que antes que nada muestran la entereza de los presos políticos, que contra viento y marea levantan una barricada hecha de orgullo, lealtad y razón desde su celda. Es esa la barricada de dignidad la que debemos proteger desde la coherencia y la solidaridad.