lahaine.org
Nacionales Galiza :: 12/01/2013

[Gal/Cast] Senlheiro e Baltar: dous pesos e duas medidas

Mauricio Castro
Senlheiro, representa un creciente número de galegas y galegos que en los últimos años están siendo periódicamente detenidos y encarcelados

Galego

Nom tenho relaçom pessoal com o jovem mais recentemente detido sob a mediática e policial acusaçom de "terrorismo". Tampouco vou entrar a debater sobre o debatível direito do Estado ao monopólio da violência, ainda que nom poda deixar de denunciar os tam evidentes como abundantes excessos violentos das forças policiais ao seu serviço.

Pretendo unicamente, diante da recente detençom e linchamento mediático de um vizinho de Ames, significado polo seu ativismo social e independentista, cumprir com o dever de denunciar o contraste que um facto como esse reflete em relaçom aos numerosos casos de corrupçom política e económica que diariamente -e nom exagero!- inçam as páginas dos meios de comunicaçom deste país.

É por isso que no título que encabeça estas linhas coloquei os nomes de Senlheiro e de Baltar. A quem me acusar de fazer demagogia por comparar dous casos tam diferentes, respondo desde já que sim, som diferentes, mas também indicativos das contradiçons que atravessam o decadente sistema atual.

O primeiro, Hadriám Mosqueira, Senlheiro, representa um crescente número de galegos que nos últimos anos venhem sendo periodicamente detidos e encarcerados de maneira fulminante. Nom só isso: o protocolo contra eles costuma incluir meses ou anos de prisom preventiva a centenas de quilómetros de distáncia dos seus lugares de residência, às vezes com vexames e maus tratos incluídos, à espera de julgamento por acusaçons que amiúde ficam em fumo.

O segundo, José Luís Baltar, representa bem nestes dias essa legiom de acomodados políticos e milionários banqueiros acusados, imputados, condenados e indultados, cuja conta sem fim é difícil de fazer, tanto polo seu número como polo que roubárom ou desviárom para as contas dos seus partidos, e que fam parte do consenso de um regime cada vez mais visivelmente podre e antidemocrático.

Os rigores da prisom, do isolamento e inclusive da dispersom, impostos por umha legislaçom perversa e parcial, som aplicados contra quem o sistema considera os seus inimigos, entre os quais nunca se encontram esses políticos corruptos, os banqueiros nem outros grandes delinqüentes económicos.

Isso apesar das contrastadas redes de financiamento irregular que alimentam os principais partidos, das grandes operaçons financeiras de engano massivo a dezenas de milhares de famílias galegas, e do afundamento de todo um sistema económico baseado na especulaçom e no roubo generalizado. Nengum dos protagonistas e responsáveis de todo isso está em prisom e alguns deles até fôrom premiados no seu dia com as Medalhas Castelao, o máximo reconhecimento institucional da Galiza autonómica.

Nom sei se Senlheiro e as restantes presas e presos preventivos por motivos políticos cometêrom algumha infraçom ou delito contra o atual ordenamento jurídico. Sim tenho a certeza de que todas elas som pessoas honradas, com um compromisso comunitário contrastado e alheias a qualquer lucro ou interesse pessoal que nom seja contribuírem para a construçom de umha sociedade melhor. Por isso nom merecem a aplicaçom de umha legislaçom tam injusta como desproporcionada, que só cai sobre os mais fracos e nunca sobre os mais fortes.

Transmitida por uns meios de comunicaçom seqüestrados polo poder político e económico, assistimos nestes dias a umha intolerável representaçom da profunda e discriminatória desigualdade em que este sistema se sustenta. Nom podemos assistir calados, porque nom queremos ser cúmplices. Devemos denunciar a impunidade com que neste regime se aplicam dous pesos e duas medidas no exercício do monopólio da violência por parte do Estado.


Castellano

No tengo relación personal con el joven más recientemente detenido bajo la mediátiica y policial acusación de "terrorismo". Tampoco voy a entrar a debatir sobre el debatible derecho del Estado al monopolio de la violencia, aún que no pueda dejar de denunciar los tan evidentes como abundantes excesos violentos de las fuerzas policiales a su servicio.

Pretendo únicamente, delante de la reciente detención y linchamiento mediático de un vecino de Ames, conocido por su activismo social e independentista, cumplir con el deber de denuciar el contraste que un hecho como ese se refleja en relación a los numerosos casos de corrupción política y económica que diariamente -¡y no exagero! - llenan las páginas de los medios de comunicación de este país.

Es por eso que en el título que encabeza estas líneas he colocado los nombres de Senlheiro y de Baltar. A quien me acuse de hacer demagogia por comparar dos casos tan diferentes, responde desde este instante que si, son diferentes, pero también indicativos de las contradicciones que atraviesa el decadente sistema actual.

El primero, Hadriám Mosquera, Senlheiro, representa un creciente número de galegas y galegos que en los últimos años están siendo periódicamente detenidos y encarcelados de manera fulminante. No sólo eso: es costumbre incluir un protocolo contra ellos que incluye meses o años de prisión preventiva a cientos de quilómetros de distancia de sus lugares de residencia, a veces con vejaciones y malos tratos incluidos, a la espera de juicio por acusaciones que a menudo no quedan más que en humo.

El segundo, José Luis Baltar, representa en estos días esa legión de acomodados políticos y millonarios banqueros acusados, imputados, condenados, e indultados, cuya cuenta sin fin es difícil de hacer, tanto por su número como por lo que robaron o desviaron para las cuentas de sus partidos, y que hacen parte del consenso de un régimen cada vez más visiblemente podrido y antidemocrático.

Los rigores de la prisión, del aislamiento e inclusive de la dispersión, impuestos por una legislación perversa y parcial, son aplicados contra quien el sistema considera sus enemigos, entre los cuales nunca se encuentran esos políticos corruptos, los banqueros ni otros grandes delincuentes económicos.

Estos a pesar de las contrastadas redes de financiación irregular que alimentan los principales partidos, de las grandes operaciones financieras de engaño masivo a decenas de miles de familias galegas, y del hundimiento de todo un sistema económico basado en la especulación y en el robo generalizado. Ninguno de los protagonistas y responsables de todo esto está en prisión y algunos de ellos hasta fueron premiados en su día con las Medallas Castelao, el máximo reconocimiento institucional de la Galiza autonómica.

No sé si Senlheiro y las restantes presas y presos preventivos por motivos políticos cometieron alguna infracción o delito contra el actual ordenamiento jurídico. Si tengo la certeza de que todas ellas son personas honradas, con un compromiso comunitario contrastado y ajenas a cualquier lucro o interés personal que no sea contribuir a la construcción de una sociedad mejor. Por eso no merecen la aplicación de una legislación tan injusta como desproporcionada, que sólo cae sobre los más débiles y nunca sobre los más fuertes.

Transmitida por unos medios de comunicación secuestrados por el poder político y económico, asistimos en estos días a una intolerable representación de la profunda y discriminatoria desigualdad en que este sistema se sustenta. No podemos asistir callados, porque no queremos ser cómplices. Debemos denunciar la impunidad con que en este régimen se aplican dos pesos y dos medidas en el ejercicio del monopolio de la violencia por parte del Estado.

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal