lahaine.org
Nacionales Galiza :: 25/03/2016

Galicia: montaje y ofensiva represiva contra el movimiento independentista

Diagonal
“Están cerrando el debate del independentismo galego a machetazos”

El 30 de octubre, la Guardia Civil, por orden del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, detuvo a 9 miembros de la formación política Causa Galiza, a punta de metralleta

El 30 de octubre, la Guardia Civil, por orden del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, detuvo a nueve miembros de la formación política Causa Galiza, a punta de metralleta, acusados inicialmente de delitos de enaltecimiento del terrorismo. Días después, el juez ordenó la suspensión cautelar de las actividades de Causa Galiza, a la que relaciona con Resistencia Galega, e imputa genéricamente a los nueve detenidos delitos de enaltecimiento y de integración en banda armada. El escrito de la Guardia Civil, al que ha tenido acceso Diagonal, sin embargo contempla como indicios de "hechos delictivos" que motivaron la operación Jaro ser dinamizadores de la organización Espaço Irmandinho-OLN –plataforma independentista galega–, participar en asambleas de la propia Causa Galiza o en el acto del Día de Galiza Combatente de 2014 –uno de los principales eventos organizados por Causa Galiza– y compartir en redes sociales contenidos relacionados con la misma formación política. ¿De qué organización armada formarían parte? Según el escrito de la Guardia Civil, Causa Galiza. ¿Armas? Ninguna.

Hablamos con Joám Peres, responsable legal de Causa Galiza y uno de los imputados en el marco de la operación Jaro.

Os acusan de integración en grupo armado, pero en el texto de la Guardia Civil sólo se se citan como indicios vuestra participación en las jornadas del Día de Galiza Combatente y en tareas en la propia Causa Galiza.

A cada uno de nosotros Eloy Velasco nos imputa actualmente “integración en banda armada” y participación en actos de “enaltecimiento del terrorismo”, y decreta la suspensión de actividades de la organización, primero por dos años, y después por uno, prorrogable. A nivel práctico es una ilegalización porque prohibe la vida orgánica, el trabajo político en la calle, la participación en y la organización de actos públicos, etc. Es nuestra muerte civil y política como organización. La imputación de supuestos delitos de “enaltecimiento del terrorismo”, que es una tipología legal totalmente elástica, como estamos comprobando, es el clavo ardiendo al que se agarran Velasco y la Guardia Civil para articular este montaje político.

A raíz de la Operación Jaro, muchos medios han incidido mucho en que Causa Galiza surgió a a partir de que los tribunales tacharan a Resistencia Galega de una organización terrorista.

Esta es una de las manipulaciones más burdas del caso. Fue repetida a coro por la práctica totalidad de los medios. Quien conozca mÍnimamente los hechos sabe que Causa Galiza se constituyó en 2007. La sentencia de la Audiencia Nacional que dictamina que hay una organización armada actuando en nuestro país [en referencia a Resistencia Galega] es de septiembre de 2013 y fue recurrida a Tribunal Europeo de Derechos Humanos por la indefensión de los procesados.

¿Cuáles son los orígenes de Causa Galiza?

En el 2007, gobernando en Galiza el bipartido PSOE-BNG, y el PSOE en el Estado español, se abre la posibilidad de un proceso de reforma estatutaria. En este momento, por un lado está un nacionalismo mayoritario de vocación autonomista que apostó por la reforma, liderado por el BNG, que reivindica un Estatuto de Nación y la “plurinacionalidad” del Estado español. Por otro, un universo independentista atomizado en organizaciones políticas y sociales. En esta coyuntura, se plantea la posibilidad de construir una unidad de acción puntual entre los sectores que rechazan y denuncian el marco autonómico y reivindican el ejercicio unilateral del derecho de autodeterminación. Éste es el origen de Causa Galiza, con la idea básica de denunciar la reforma del marco estatutario, socializar la necesidad que tiene nuestro pueblo de plena soberanía política y explicitar que ningún amaño o reforma de la Constitución española satisfará nuestra necesidad de poder político para decidir sobre nuestro territorio, recursos, condiciones y relaciones laborales, fiscalidad, etc.

Causa Galiza, hasta ahora, nunca se había presentado a elecciones, ¿os planteábais presentar candidatura en las próximas elecciones regionales?

No teníamos aún decisiones en firme. Cuando Eloy Velasco da luz verde a la operación policial, nosotras y nosotros estabamos planificando una campaña larga en el tiempo para socializar la necesidad de la independencia para nuestro país. Esta iniciativa política pretendía incidir en el debate que hoy está abierto en el campo nacionalista sobre estrategia y perspectivas, y en ese paquete estaba también la hipótesis de concurrir a las elecciones en la Galiza administrativa, como una forma más de lucha y con la misma perspectiva: fortalecer el músculo independentista en nuestro país, fortalecer la organización e incidir en el debate. La actuación policial, las detenciones e imputaciones y la ilegalización de hecho tiraron por tierra este esquema.

¿Consideráis esta operación como una nueva criminalización de opción independentista que vaya por la vía institucional?

Naturalmente.
Criminalización que ya viene desde siempre y, sobre todo, tentativa de liquidarnos como opción política. El derecho a existir del independentismo galego politicamente organizado es lo que ahora está en cuestión. La Guardia Civil sabe perfectamente que aquí no hay armas, ni “organización terrorista”, ni las fantasías que reprodujeron los medios al toque de trompeta del Ministerio de Interior. Sabe que somos personas que militamos a la luz del día, y en la legalidad, porque los servicios de inteligencia hacen su trabajo de seguimiento sistemático de nuestra actuación política. La Operación Jaro lo que viene es a cuestionar la posibilidad de que en este país exista independentismo activo políticamente organizado, con estrategia propia, y trata de imponer un estado de excepción no declarado a la militancia independentista galega y colocar sobre nuestras cabezas la espada de damocles del delito de opinión. Lo que tratan es de reducirnos a un "problema de orden público", rodearnos con un cinturón sanitario que nos aisle socialmente y tratar lo que es un problema político con represión, criminalización mediática y cárcel.

En este momento actual, con el Procés de Catalunya, con la salida de prisión de Arnaldo Otegi, con las negociaciones de cara a un posible pacto de Gobierno, se ha reabierto el debate sobre el modelo territorial.

El debate sobre el modelo territorial del Estado español y sobre el estatus jurídico-político de las naciones que lo integran de manera no voluntaria ni democrática nunca se cerró, pero hoy está abierto en canal. Su existencia es la prueba misma del fracaso del “café para todos” y de la tentativa de la oligarquía española de abortar los procesos de liberación nacional en curso, pero también demuestra el éxito de los independentismos para impedir que esta cuestión se cerrase en falso como pretenden desde 1978.

En nuestro país, existe hoy una conciencia muy extendida en los sectores nacionalistas de que la vieja vía estatutaria, si existió algún día realmente, está muerta, y de que no existe ningún “encaje cómodo” posible para Galiza en el Estado español. El autonomismo como perspectiva estratégica está clausurado, es ya una percepción común afirmar que la gestión del marco existente no ofrece soluciones y el único horizonte posible para nuestra cuestión nacional y social es la constitución de nuestro propio Estado al servicio de la mayoría social.

Es probable que la planificación estratégica española sea consciente de esta realidad, del avance cuantitativo del independentismo entre una juventud galega condenada al desempleo y la emigración, de los peligros que supone esto a medio y largo plazo, y por eso haya decidido actuar.
¿Cómo? Con la receta tradicional: tolerancia y promoción de opciones y prácticas autonomistas y reformistas, y criminalización y represión de los sectores rupturistas que se salgan del cauce. Nosotros valoramos la represión absolutamente desproporcionada que enfrentamos ahora como aquello que decía Galeano de “arrancar de raíz hasta la última plantita todavía viva, regar la tierra con sal. Después, matar la memoria de la hierba”. Nosotras y nosotros somos esas pequeñas hierbas que aspiran a crecer y fortalecerse. Para el Estado español y sus brazos ejecutores, la Guardia Civil y la Audiencia Nacional, Galiza sólo puede ser una fuente de energía, recursos y mano de obra barata. Tratar de abrir outro horizonte distinto de este para nuestro país activa la represión.

¿No crees más probable que la causa se desinfle?

Es una posibilidad, claro. Pero no sabemos lo que sucederá. Primero, porque estamos ante un tribunal de excepción sucesor del TOP fascista.
Como aquel, este actúa movido por un impulso político muy fuerte y por tanto pensamos que el contexto político será más decisivo a la hora de determinar como se resuelve nuestra causa que los aspectos puramente técnicos o jurídicos. Hacer predicciones, a la vista de estas circunstancias, es un tanto especulativo porque no se trata de una cuestión estrictamente judicial.

Lo que sí nos parece claro es que aquí se va, utilizando distintos métodos e intensidades, a por aquellas opciones que defiendan un horizonte de soberanía nacional para nuestro pueblo. Nos parece muy sintomático que dos dirigentes de una organización como el BNG, como su ya exportavoz nacional Xavier Vence y el exsecretario de Organización Bieito Lobeira, fuesen citados en la proceso por reunirse com nosotros en alguna ocasión e interrogados sobre la relación política que mantuvieron con Causa Galiza. La Guardia Civil pretende pintarle en el suelo las lineas rojas al nacionalismo galego y prefijar las márgenes en las que se puede mover. A nosotras, como comentaba, seguimientos, multas, juicios, patada en la puerta, registros, conducciones a Madrid y experimentación de metodologías represivas que, mañana, serán aplicadas a otros sectores.
El independentismo se lleva la palma en materia de represión política, pero la militancia nacionalista también está bajo la lupa y no es ajena a estas prácticas que pretenden negarnos cualquier futuro como pueblo.

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal