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Nuevo caso de tortura en la cárcel de A Lama
No es la primera vez que desde medios contrainformativos de informa de situaciones de abusos y torturas acontecidas en la pontevedresa prisión de A Lama, sita en la Terra de Montes; bien sea mediante la aplicación directa de la tortura sobre el cuerpo de la persona presa, bien por medio de la inducción a situaciones que llevan a acabar con la vida de esa persona, el resultado de muerte se ha producido reiteradamente en dicho penal (véase como ejemplo la noticia que publicamos el 20 de marzo en cuando un muchacho de 21 años, R. F. A., apareció ahorcado en su celda en circunstancias no aclaradas).
Los propios informes oficiales de "Instituciones Penitenciarias" señalan que cinco personas perdieron la vida en la prisión de A Lama durante el año 2004.
Esta vez son los amigos del preso J. A. L. L. los que han enviado a nuestro portal la noticia que recibieron sobre las torturas que sufrió el pasado agosto, después de que bajara a repartir el almuerzo entre sus compañeros, dado que desempeñaba trabajo remunerado dentro de la cárcel en el "office".
Fue entonces cuando el funcionario conocido como "Don Javier" agarró a J. A. L. L. y lo llevó al módulo de aislamiento, donde entre varios carceleros le golpearon repetidas veces en los costados, las piernas, e incluso en la cabeza, produciéndole por lo cual numerosas contusiones, de las cuales tiene aún señales físicas. Tiene el ojo izquierdo totalmente amoratado, y presenta moratones también en el costado derecho. A la salida de aislamiento le cambiaron de módulo (llevaba 7 años en el mismo), lo que implicó que le retiraran su trabajo remunerado (siendo una persona que no tiene apoyo familiar de ningún tipo).
El torturado denunció los hechos en esos días en el Juzgado de Guardia, sin respuesta hasta el momento, pidiendo que un forense lo examinase. Aún no ha recibido ninguna visita médica, ni siquiera de los servicios médicos existentes dentro de la cárcel.
También envió una instancia al director de la prisión, quien tampoco cursó respuesta, convirtiéndose así, como conocedor de las torturas en el centro del cual es responsable aunque actúe con total pasividad al respecto, en cómplice y co-responsable de las mismas junto a los carceleros.
Se comprueba una vez más que la definición de los centros penitenciarios españoles como "centros de exterminio" físico de la pobreza y de la disidencia política no resulta ser, por tanto, una afirmación desproporcionada, sino la descripción de una realidad que los grandes medios impresos y electrónicos siempre insistirán en silenciar, motivo por el cual se hace aún más necesario que todos los medios contrainformativos luchemos en nuestro trabajo contra el ocultamiento social de la TORTURA.
P. D. Informaciones urgentes de última hora nos comunican que el preso ha sido conducido de nuevo al módulo de aislamiento.
