Primeras consecuencias de los incendios sobre el agua

La foto está tomada en Pontevedra, donde desde ayer por la mañana por todos los grifos salía el agua oscura. Los vecinos de la ciudad de Leres se afanaban ayer en comprar agua mineral y recogerla también de fuentes, mientras mucha gente alertaba de la posible subida del precio del agua en los próximos días.

Parece que de nada va a servir la previsión del vecino del Concello de Poio que confiaba en que las redes de abastecimiento de Pontevedra tuviesen que cerrarse por la contaminación de los dos manantiales de los que se abastece, cerca de Monte Castrove, una zona muy afectada por el fuego.

Siendo los partes meteorológicos a priori favorables, cuando deje de llover, y siempre que los incendios respeten la zona por un tiempo, se podrá criar el ya famoso manto vegetal que impida la erosión. Con certeza, no será la primera consecuencia sobre la salud pública de una de las más grandes catástrofes medioambientales de la última década.

Aparentemente rematado el calendario de movilizaciones con la manifestación del domingo, siguen sin concretarse las tan cacareadas "medidas de choque" para una nueva política forestal que parta de la recuperación de los terrenos quemados. La pasada declaración institucional del presidente de la Xunta, cargada de inconcreción, es todo el programa que el pueblo gallego conoce en la actualidad.

Traducido por Antón para La Haine