[Gal/Cast] Governo espanhol golpeia sindicatos com cortes nas verbas para formaçom
Galego
O Partido Popular deu mostras abondo nestes meses à frente do governo espanhol de procurar fórmulas que reduzam a capacidade de atuaçom e influência das organizaçons sindicais. À permanente campanha de desprestígio que dura já anos e na qual contam com o apoio entusiasta dos meios de comunicaçom empresariais, agora há que somar reformas e cortes que reduzem os privilégios de que vinham desfrutando produto do seu papel basilar na configuraçom das relaçons laborais espanholas.
Agora, as reformas completam-se com um novo movimento que já está a ter conseqüências que podem afetarám as organizaçons sindicais de forma impredizível. O governo espanhol assestou um duro golpe aos sindicatos ao reduzir no orçamentos em 30% as verbas destinadas à formaçom dos trabalhadores e trabalhadoras. A importante reduçom, que afeta tanto a formaçom de trabalhadoras e trabalhadores no ativo como desempregados, está muito acima da diminuçom da quota da formaçom profissional arrecadada, que caiu em 4,5 no conjunto do Estado, e ameaça com piorar com próximos cortes.
Na Galiza já começam a sentir-se as conseqüências da reduçom do dinheiro destinado polo Estado espanhol à formaçom e, recentemente, o FORGA, a mastodôntica fundaçom ligada à CIG, viu-se obrigada a despedir 15 trabalhadores, dos quais 4 de forma temporária.
Além da evidente oportunidade que a medida do governo espanhol abre com o corte nas verbas para formaçom, que de seguro continuarám reduzindo-se, para questionar a perigosa existência de organizaçons de classe como a CIG, de gigantescos aparelhos paralelos que, de facto, eram incontroláveis, nom podemos obviar que o Partido Popular lesiona gravemente o direito à formaçom dos trabalhadores e trabalhadoras. Além disso, dificilmente estes cortes irám danificar o essencial dos mecanismos de cooptaçom sindical que operam no Estado espanhol. O Partido Popular dá este passo consciente da relativa debilidade que atravessam as organizaçons sindicais, produto da sua cumplicidade com governos e patronato na aplicaçom de elementos chave do seu programa anti-obreiro.
Para enfrentar os titánicos reptos que a crise coloca frente aos sindicatos, nom som precisos mastodônticas estruturas para a formaçom que, por outro lado, canalizavam ingentes orçamentos em formaçom que, de forma suave, podemos qualificar como inapropriada e sob fórmulas cada vez mais mercantilizadas. A incomprensível oferta de graus e mestrados a preços astronómicos que a fundaçom ligada à CIG ofrecía junto com a “universidade” espanhola Udima e a Escola de Negocio do Centro de Iniciativas Profesionales, son umha boa mostra da perigosa direçom que o projecto tomava.
É evidente que o governo aproveitará a conjuntura para reduzir a capacidade de atuaçom sindical, mas consciente de que a sua destruiçom eliminaria a principal válvula de escape que hoje opera para evitar a intensificaçom e aprofundizamento da luita de classes. É tamém esta umha oportunidade para formular a radical necessidade de que o sindicalismo nacional e de classe se desligue da dependência económica do Estado espanhol que, teoricamente, deve combater.
Castellano
El Partido Popular ha dado muestras más que suficientes en estos meses al frente del gobierno español de buscar fórmulas que reduzcan la capacidad de actuación e influencia de las organizaciones sindicales. La permanente campaña de desprestigio que dura ya años y en la cual cuentan con el apoyo entusiasta de los medios de comunicación empresariales, ahora hay que sumar reformas y recortes que reduzcan los privilegios de que venían disfrutando producto de su papel básico en la configuración de las relaciones laborales españolas.
Ahora, las reformas se completan con un nuevo movimiento que ya está teniendo consecuencias que pueden afectar a las organizaciones sindicales de forma impredecible. El gobierno español ha asestado un duro golpe a los sindicatos al reducir los presupuestos en un 30% a las partidas destinadas a la formación de trabajadoras y trabajadores. La importante reducción, que afecta tanto a la formación de trabajadores y trabajadoras en activo como desempleados, está muy por encima de la disminución de la cuota de formación profesional que cayó en un 4,5% del Estado, y amenaza con em peorar con los próximos recortes.
En Galiza ya comienzan a sentirse las consecuencias de la reducción del dinero destinado por el Estado español a la formación y, recientemente, el FORGA, la mastodóntica fundación ligada a la CIG, se vio obligada a despedir 15 trabajadores, de los cuales 4 de forma temporal.
Además de la evidente oportunidad que la medida del gobierno español abre con el corte en los presupuestos para formación, que con certeza continuarán reduciéndose para cuestionar la peligrosa existencia de organizaciones de clase como la CIG, de gigantescos aparatos paralelos que, de hecho, eran incontrolables, no podemos obviar que el Partido Popular lesiona gravemente el derecho a la formación de los trabajadores y trabajadoras. Además de eso, dificilmente estes recortes dañarán lo esencial de los mecanismos de cooptación sindical que operan en el en el Estado español. El Partido Popular da este paso consciente de la relativa debilidad que atraviesan las organizaciones sindicales, producto de su complicidad con gobiernos y patronato en la aplicación de elementos clave de su programa anti-obrero.
Para enfrentar los titánicos retos que la crisis coloca frente a los sindicatos, no son precisos mastodónticas estructuras para la formación que, por otro lado, canalizaban ingentes presupuestos en formación que, de forma suave, podemos cualificar como inapropiadas y bajo fórmulas cada vez más mercantilizadas. La incomprensible oferta de grados y maestrías a precios astronómicos que la fundación ligada a la CIG ofrecía junto con la “universidad” española Udima y la “Escuela de Negocio del Centro de Iniciativas profesionales”, son una buena muestra de la peligrosa dirección que el proyecto tomaba.
Es evidente que el gobierno aprovechará la coyuntura para reducir la capacidad de actuación sindical, pero consciente de que su destrucción eliminaría la principal válvula de escape que hoy opera para evitar la intensificación y profundización de la lucha de clases. Es también esta una oportunidad para formular la radical necesidad de que el sindicalismo nacional y de clase se desliga de la dependencia económica del Estado español que, teóricamente, debe combatir.