[Gal/Cast] Citroën quer aumentar a taxa de lucro empresarial à custa dos salários em Vigo

Galego

A central da Citroën em Vigo, com mais de 7 mil operários e operárias, é a maior das pertencentes à PSA Peugeot Citroën fora das fronteiras francesas, país de origem dessa multinacional automobilística.

A estratégia de concorrência interna entre fábricas da própria firma está a levar a pressom aos trabalhadores e trabalhadoras galegas, “acusadas” de terem salários acima dos que existem noutros países com presença da multinacional francesa.

A proposta da direçom empresarial é clara: 3 mil euros de reduçom do salário como condiçom para a aprovaçom da fabricaçom exclusiva da nova carrinha da marca. A concorrente direta seria, segundo a direçom empresarial, a central eslovaca de Trnva, sendo os seus “argumentos” a diferença salarial entre os dous países (Galiza e Eslováquia): no nosso, o custo na fatoria viguesa está a ser de 22€, enquanto na Eslováquia fica nos 10€. Os burgueses à frente da Citroëm referem ainda mais dous exemplos: Portugal, cujo custo salarial fica em 10,5€, e Marrocos, com o custo mais baixo, com 4€.

Segundo denunciou a CIG, a transnacional “propom” reduzir os salários em 5% e congelá-los até 2019, cortando as pagas extra em 50% e reduzindo as primas por objetivos em 33%. Também a fatia correspondente à antigüidade se veria reduzida em 10%, congelando-a de maneira “perpétua”. Quer dizer, deixariam de se gerar triénios. Complementos como a presença, o fixo e noite, a noturnidade, fins-de-semana… seriam eliminados, enquanto as licenças se reduziriam ao mínimo previsto polo Estatuto dos Trabalhadores e Trabalhadoras.

Por trás da agressom: Fim do “Bem-Estar” e regresso da Mais-Valia Absoluta

Por trás da retórica sobre concorrência e produtividade, oculta-se a decisom de fundo tomada pola direçom da Citroën e já prevista por Karl Marx na sua monumental análise do capitalismo: aproveitar a crise económica generalizada para passar da extraçom de mais-valia relativa (técnicas de intensificaçom do trabalho para o aumento da produtividade sem afetar a duraçom da jornada nem reduzir os salários) para um modelo de mais-valia absoluta. Quer dizer, aumentar nom só, como até agora, a massa de lucro total nas vendas decorrente do alargamento do processo produtivo capitalista; mas recuperar também a taxa de lucro por unidade, tendente para a reduçom em tempos de estabilidade económica. Para isso, pretende reduzir principalmente todos os custos correspondentes ao trabalho vivo, único que produz novo valor no processo produtivo. O ataque aos custos salariais, junto ao aumento da jornada, quando ainda existir margem, constituem o principal recurso nessa tentativa de revalorizaçom da taxa de lucro empresarial.

Em contextos de crise como o atual, a ameaça da existência de novos mercados laborais em países com piores condiçons para a classe trabalhadora serve aos capitalistas para aumentarem a extorsom sobre a força de trabalho onde esta tem condiçons mais favoráveis. Para isso, recorre-se à ameaça de desmantelar as suas fábricas e levá-las para onde a mao de obra é “mais barata”. O objetivo final dos capitalistas é extraírem em simultáneo as mais-valias absoluta e relativa: mais tempo de trabalho, maior intensidade e mecanizaçom altamente tecnologizada, com salários mais baixos e jornadas mais longas.

Nom que estejam a ir mal os negócios aos capitalistas franceses em Vigo: é que o capital sempre quer mais e o contexto de crise, com a ameaça do desemprego e a precarizaçom generalizada, constitui o melhor cenário para um novo ataque aos direitos laborais adquiridos.

É a esse processo que assistimos nos últimos tempos na fatoria de Citroën em Vigo, motor de um setor de importáncia significa na economia galega, mas cujo peso na nossa indústria nom deixa de cair, passando de mais de 30% nos primeiros anos 90 para os menos de 20% na atualidade.

Castellano

La central de Citroën en Vigo, con más de 7 mil obreros y obreras, es la mayor de las pertenecientes a PSA Peugeot Citroën fuera de las fronteras francesas, país de origen de esa multinacional automovilística.

La estrategia de competencia interna entre fábricas de la propia firma está llevando a presionar a los trabajadores y trabajadoras galegas, “acusadas” de tener salarios por encima de los que existen en otros países con presencia de la multinacional francesa.

La propuesta de la dirección empresarial es clara: 3 mil euros de reducción del salario como condición para la aprobación de la fabricación exclusiva del nuevo coche de la marca. La competencia directa sería, según la dirección empresarial, la central eslovaca de Trnva, siendo sus “argumentos” la diferencia salarial entre los dos países (Galiza y Eslovaquia): en el nuestro el coste en la factoría viguesa está siendo de 22 Euros, mientras que en la Eslovaca queda en los 10 Euros. Los burgueses al frente de Citroën apuntan aún dos ejemplos más: Portugal, cuyo coste salarial queda en 10,50 Euros, y Marruecos con el coste más bajo, con 4 euros.

Según denunció la CIG, la transnacional “propone” reducir los salarios en 5% y congelarlos hasta 2019, recortando las pagas extra en 50% y reduciendo las primas por objetivos en 33%. También la partida correspondiente a la antigüedad se vería reducida en 10%, congelándola de manera “perpetua”. Quiere esto decir, dejarían de generarse trienios. Complementos como la presencia, el fijo y noche, la nocturnidad, fines de semana...serían eliminados, mientras los permisos se reducirían al mínimo previsto por el Estatuto de los Trabajadores y Trabajadoras.

Por detrás de la agresión: Fin del “Bien-Estar” y regreso a la Plusvalía Absoluta

Por detrás de la retórica sobre competencia y productividad, se oculta la decisión de fondo tomada por la dirección de Citroën y ya prevista por Karl Marx en su monumental análisis del capitalismo: aprovechar la crisis económica generalizada para pasar de la extracción de plusvalía relativa (técnicas de intensificación del trabajo para el aumento de la productividad sin afectar a la duración de la jornada ni reducir los salarios) hacia un modelo de plusvalía absoluto. Quiere esto decir, aumentar no sólo, como hasta ahora, la tasa de lucro total en la ventas consecuencia de la extensión del proceso productivo capitalista; sino también la recuperación de la tasa de lucro por unidad, tendente a la reducción en tiempos de estabilidad económica. Para esto, pretende reducir principalmente todos los costes correspondientes a trabajo vivo, único que produce nuevo valor en el proceso productivo. El ataque a los costes salariales, junto al aumento de la jornada, cuando aún exista margen, constituyen el principal recurso en esa tentativa de revalorización de la tasa de lucro empresarial.

En contextos de crisis como el actual, la amenaza de la existencia de nuevos mercados laborales en países con peores condiciones para la clase trabajadora sirve a los capitalistas para aumentar la extorsión sobre la fuerza de trabajo donde ésta tiene condiciones más favorables. Para esto, se recurre a la amenaza de desmantelar sus fábricas y llevarlas a donde la mano de obra es “más barata”.

El objetivo final de los capitalistas es extraer en simultáneo las plusvalías absoluta y relativa: más tiempo de trabajo, mayor intensidad y mecanización altamente tecnologizada, con salarios más bajos y jornadas más largas.

Esto no implicaría que los negocios les vayan mal a los capitalistas franceses en Vigo: es que el capital siempre quiere más, y el contexto de crisis, con la amenaza del desempleo y la precarización generalizada, constituye el mejor escenario para un nuevo ataque a los derechos laborales adquiridos.

Es a ese proceso que asistimos en los últimos tiempos en la factoría de Citroën en Vigo, motor de un sector de importancia significativa en la economía galega, pero cuyo peso en nuestra industria no deja de caer, pasando de más de 30% en los primeros años de la década de los 90 a los menos de 20% en la actualidad.