70 años después del golpe fascista que abrió las puertas al franquismo, la lucha continua

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En este 18 de Julio, se cumplen 70 años del fatídico golpe de estado militar contra la II República española, que dió paso a una cruenta guerra de tres años de duración con resultado de cientos de miles de víctimas mortales mayoritariamente civiles. Un verdadero plan de exterminio llevado a cabo por el fascismo español contra los sectores más avanzados de las naciones peninsulares dependientes del Estado centralizado en Madrid, y contra el conjunto de las clases trabajadoras, que dejó un paisaje de miseria, dictadura y nacional-catolicismo aplicado como doctrina oficial de manera estricta durante cuatro décadas.

Para Galiza, como para otras naciones sin Estado, la imposición del franquismo supuso un modelo represivo adaptado a las particularidades de un pueblo que avanzaba en la toma de conciencia nacional y social, de ahí que los sectores obreros y progresistas, y el nacionalismo galego de izquierdas fuese castigado con persecución, asesinatos que se cuentan por millares, torturas, prisión y silenciamiento.

Al contrario de lo ocurrido en otros estados europeos que también padecieron dictaduras fascistas, tales como Alemania, Italia o Portugal, en el caso español no hubo una ruptura política con el fascismo. La muerte de Franco supuso solamente una reforma (sic) para nuevas formas de dominación más "amables", en las que los mismos actores desenpeñaron papeles dirigentes através de los nuevos partidos "de orden" (UCD y AP/PP, fundamentalmente), mientras los restos de las fuerzas historicamente representativas de la izquierda (PSOE e PCE) se vendían e integraban en la nueva "monarquia constitucional". En este sentido, podemos afirmar que los Pactos de la Moncloa primero, y la Constitución del 78 después, constituyeron verdaderas leyes de punto y final para los aparatos del estado fascista.

El nuevo jefe de Estado, nombrado directamente por el viejo dictador antes de morir, ocupó el puesto de comando y la legitimidad republicana no fué restituíia hasta hoy. El modelo de estado, el sistema político e incluso buena parte de la dirigencia judicial y política son herederos directos del franquismo, tal como el gran número de símbolos de la dictadura que continuan presidiendo instituiones, edificios y otros espacios públicos en Galiza.

Este septuagésimo aniversario del golpe franquista coincide con la campaña que, durante los últimos meses, NóS-Unidade Popular viene realizando para denunciar esa permanencia simbólica, que deja en evidencia la falta de compromiso democrático de todas y cada una de las fuerzas políticas con representación institucional en Galiza.

Hoy, cuando se cumplen 70 años del inicio de la pesadilla fascista, la izquierda independentista galega quiso recordar la necesidad de continuar la labor de higiene y justicia democrática, suprimiendo nuevas placas e iconos fascistas y denunciando la permanencia de otros, ante la renuncia de las instituciones públicas estatales y autonómicas. Así, durante la noche del 17 al 18 de Julio fué:

-Retirada placa dedicada a Calvo Sotelo y José Antonio en el monolito presente en el recinto dae la iglesia de la parroquia de Laranho en Compostela. Las otras dos placas del mismo monumento fascista fueron dañadas y pintadas de rosa.

-Pintada de rosa la placa fascista de homenage a los "Caidos por Dios y por España" de la fachada de la igresia de As Neves, en O Condado.

-Pintado de rosa el monolito de Alférez Provisional y el busto del
alcalde franquista Sanjurjo en Corunha. También se realizó un mural pintada de varios metros en el barrio obrero y popular de Monte Alto con la leyenda "18-J contra 70 años de
impunidae: higiene, justicia y democracia".

-En Ferrol fué marcado en rosa el escudo fascista en la fachada del Edificio de Archivos de la Armada Española, localizado en la rua Maria esquina con la Rua Atocha.

-Pintado de rosa la enorme placa de los sindicatos fascistas en la fachada del edificio de la rua Perfecto Feijó en Ponte Vedra.

De nada servem os grandes discursos pola memória quando se esquece restituir a dignidade de milhares de galegos e galegas represaliadas e continua a exibir-se em espacos públicos a iconografia dos genocidas que se levantárom contra a II República, matando e perseguindo os melhores filhos e filhas da Galiza que comecava a tomar consciencia da sua identidade e dos seus direitos.

NóS-Unidade Popular sente-se parte das geracons que sofrerom a guerra e a repressom, e da geracom que a dia de hoje mantém viva a memória da resistencia com numerosas iniciativas desenvolvidas por entidades populares diversas. A nossa campanha, que hoje viveu umha nova jornada de limpeza, fai parte desse labor, que continuará até ver definitivamente suprimida da Galiza a simbologia da ditadura.

Fascismo nunca mais!
Símbolos fascistas, fora da Galiza!

Galiza, 18 de Julho de 2006
Direccom Nacional de NóS-Unidade Popular